Dos argentinas quedan en pana en la carretera austral de Chile, lugar absolutamente desolado, cuando por esas casualidades de la vida se encuentran con dos huasitos. El diálogo es el siguiente:

¡Che viste!, nuestro carro sufrió un desperfecto y no sabemos como repararlo, sería posible que nos ayudaran. Haríamos cualquier cosa para pagarles este favor.

Los huasitos quedan pensando un momento y al ver a las esculturales argentinas les dicen:

Bueno pues, señoritas, ustedes se suben la faldita, se bajan los calzoncitos y nosotros hacemos el resto pue…

¡Pero che, responden las argentinas, eso no es ningún problema viste, es más, lo hacemos con mucho gusto. Pero eso sí, van a tener que usar estos preservativos (condones) para que nosotras no quedemos embarazadas, viste!

Los huasitos aceptan la proposición, sin tener idea de lo que estaban usando. Luego , los campesinos ayudaron a las argentinas con su auto.

Al cabo de dos meses, se vuelven a encontrar los campesinos en el mismo lugar donde habían ayudado a las argentinas.

Oye Lucho, te acordai de las argentinas, estaban harto ricas las yeguas.

Sí Pedro, teni toda la razón.

Oye Lucho, a vos te interesa que las argentinas queden embarazadas.

No Pedro, no me interesa.

Entonces Lucho, ¡porque no nos sacamos de una vez, esta bolsa plástica del pico!