Dos chicas se encuentran tomando una copa en un bar, cuando un sujeto entra por la puerta. Una de ellas mira a la otra y comenta:

Con ese tipo que acaba de entrar me acosté la semana pasada y… ¡Pedazo de noche, no te lo puedes imaginar!

¡Preséntamelo, que yo también quiero probar!, le dice la amiga.

Y así fue, se lo presentó y poco después se fueron a un hotel. Ya en la habitación, ella se desnuda y se mete en la cama, mientras él se va hacia el servicio. Cuando éste sale, ella se emociona pensando:

Por fin, ya vamos a empezar.

Pero él se pone a hacer pesas durante media hora. Cuando por fin acaba, la mujer suspira:

Por fin acabo el precalentamiento.

Entonces, el fulano coge siete preservativos y se los pone juntos.

Pues si que es precavido, piensa la joven.

Cuando el personaje termina de ponerse los preservativos, coge dos trocitos de algodón y se los mete en la nariz. Entonces, enfadada, la muchacha le reclama:

Me parece muy bien que hagas precalentamiento, me parece muy bien que seas precavido y te pongas siete preservativos pero… ¡¿Para que coño te pones el algodón en la nariz!?

Mira, nena, no hay cosa que más me reviente que el olor a goma quemada.