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Feb

El duque de Windsor es

El duque de Windsor es invitado a tomar té al palacio de la condesa de York. Al llegar, Perkins, el mayordomo, le abre la puerta y le ayuda a quitarse el abrigo y lo lleva a guardar.

Buenas tardes, condesa. Es un verdadero placer verla. Cada día usted más hermosa.

Buenas tardes, duque. Usted siempre tan caballero. Es para mí un honor que haya aceptado mi invitación.

Por favor, no podría ser de otra manera, el honor es mío.

Cuando estaban tomando el té, junto a unas amigas, la condesa propone jugar a las adivinanzas. Todos están de acuerdo y comienzan las mujeres, teniendo que adivinar el duque.

Bueno, ¿sobre qué le preguntamos?, pregunta la dueña del castillo.

Ya sé, sobre la yegua negra de la condesa, dice una amiga.

A ver, duque, adivine: es negra y suave, pero cuando se le toca mucho se para y se vuelve brava y salvaje.

¡Una pinga!, responde rápidamente el noble.

¡Oh, es usted un mal educado! ¡Cómo se le ocurre!, se ofenden las amigas.

¡Perkins, por favor, traiga el abrigo del duque porque se retira!, grita la aristócrata mujer indignada.

¡Oh, no, discúlpeme! No sé qué me pasó. ¡Por favor, damas, denme otra oportunidad!, suplica el caballero agarrándose la cabeza.

Bueno, por esta vez lo disculparemos, pero que no se repita.

Las mujeres vuelven a debatir y deciden preguntar por una collette para el pelo.

Duque, aquí va la nueva adivinanza: es redonda, entra hasta llegar al tope y les encanta a las mujeres. ¿Qué es?

¡Una pinga!

¡Oh, esto es terrible, no lo podemos creer! ¡Es inadmisible, imperdonable! ¡Perkins, traiga el abrigo del duque que se retira!, grita nuevamente la condesa.

¡No, por favor, disculpen mi mala educación!. Seguramente se debe al largo viaje. Nunca antes me pasó algo así. Pido disculpas a las damas presentes y juro no se volverá a repetir.

¡Será la última vez que soportemos una grosería semejante!, responde la condesa muy seria.

Nuevamente se reúnen para decidir cuál será la palabra que deberá adivinar el duque y eligen una galleta en una taza de leche.

Duque, ésta es su última oportunidad: entra dura y desafiante; sale blanda y chorreando leche. ¿Qué es?

¡Perkins, tráigame el abrigo, eso si es una pinga, aquí y donde sea!, responde el duque.

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