El marido, muy canchero, le dice a la mujer que otra vez tiene una partida de póquer con Julio. La mina, muy podrida por los engaños, le jura que si lo pesca en otra mentira cuando este dormido se lo corta.

El tipo jura que es inocente, pero igual espera a que la bruja se duerma para salir de trampa. Cuando vuelve, se duerme como un animal. La mujer aprovecha y con un tramontina se lo corta de un saque. La esposa, con una crisis histérica, a lo único que atina es a agarrar el auto y salir a toda velocidad a la ruta.

Cuando reacciona, decide tirar el noble pene por la ventanilla con todas sus fuerzas. Detrás de la mina venían dos borrachos en un ratrejero piojoso y con tan mala suerte, que el miembro se estrella contra el parabrisas y se lo enchastra todo; el borrachín que manejaba le comenta al otro:

¡Che, cacho, qué pijuda que vienen las mariposas!