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Dec
Entra un borracho en la iglesia a la hora de la consagración:
¡SÃrvanle a todos, yo pago!, grita el borracho acaparando la atención de todos.
¡Shhh, estamos en misa!, protesta la gente tratando de oÃr la misa.
El borrachÃn siguió acercándose al púlpito gritando de nuevo:
¡SÃrvanle a todos, yo pago!
¡Shhh, no ve que estamos en misa! ¡Cállese!
El beodo sigue avanzando y grita nuevamente:
¡Qué le sirvan a todos, yo pago!
Ya enfadado, un sacerdote que estaba en el confesionario lo regaña:
¡Ya cállese, tenga respeto en la consagración!
El temulento se le queda viendo fijamente y vuelve a gritar:
¡A ese que está en el retrete también sÃrvanle, yo pago!