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Mar
Está Adán en el paraiso solo y aburrido, busca a Dios y le pide una compañera. Dios le responde que no hay problema pero que le va a costar un ojo, una pierna, un pulmón, las dos manos y un testÃculo. Adán se queda pensativo y le contesta:
¿Y por una costilla que me darÃas?