03
Feb
Está Pepito en el recreo, cuando pasa MarÃa, a lo que Pepito le ofrece:
MarÃa, juguemos a que yo te meta el dedito en el ombligo.
Ya bueno.
Al cabo de un rato:
Pepito, ese no es mi ombligo.
No te preocupes MarÃa, ese tampoco es mi dedo.