Había un tipo que tenía problemas para que se le levantara la pinga por lo cual no podía tener sexo con su esposa. Acude a un doctor quien le dice:

Mire, lo suyo es un problema muy común, le voy a dar unas pastillas, cuando quiera tener sexo se toma media y listo, la pinga se le para.

El señor muy agradecido y contento llega a su casa y decide verificar si las pasitllas que le dio el doctor funcionan. Se toma media y ve que no hace efecto, entoces en un ataque de desesperación se toma todo el paquete.

Ahí nomás la pinga se le para de una manera increíble y siente un deseo incontenible de tener sexo desenfrenado. La agarra a la mujer y se la cepilla, de una manera feroz, pero la pinga seguía a full, entonces la agarra a la mucama y se la cepilla ahí nomás también en forma desenfrenada, sin embargo la pinga seguía parada. Entonces va hasta el cuarto de la suegra y se la cepilla con todas las ganas a la vieja. Pero no había caso, la pinga seguia parada y a más no poder.

El hombre decide llamar al doctor, el cual le pregunta cuantas pastillas se tomó. El tipo le dice que se tomó todo el paquete ante lo cual el doctor le responde:

No animal, le dije que tome media. Bueno, mire, ahora la única solucion para que se le baje la pinga es que la ponga en un lugar frío, por ejemplo entre los hielos del freezer.

El tipo va corriendo, abre el freezer y ve que no hay hielo, y lo único que encuentra frío en la heladera es un cartón de leche, por lo que decide abrirlo y meter la pinga ahí a ver si se le baja.

En eso se asoman por la puerta de la cocina la esposa, la mucama y la suegra, y la vieja les dice a las otras dos:

¡Chicas, mejor rajemos que la está recargando!