14
Jun
Para festejar los 90 años del abuelo le organizaron una fiesta los hijos, nietos, bisnietos, sobrinos, amigos y demás.
A eso de las once de la noche, ya casi todos alcoholizados, ven que el abuelo se va de lado en la silla.
¡Eh, el abuelo se cae!, gritó uno.
Y todos corrieron a enderezarlo.
Al rato, otra vez el abuelo se va de lado en la silla.
¡Eh, miren! ¡Cuidado, el abuelo se cae!
Y otra vez a enderezarlo.
Por tercera vez ven al abuelo inclinarse y al enderezarlo, éste dice con voz temblorosa:
¿Es que no van a dejarme tirar un pedo tranquilo?