Un apostador empedernido estaba en
Un apostador empedernido estaba en el hipódromo cuando vio que un cura entraba al área de establos con uno de los propietarios, y bendecÃa a uno de los caballos. En la carrera siguiente el caballo llegó en primer lugar. Intrigado, comenzó a observar que esto se repetÃa con frecuencia, asà que decidió arriesgar todos sus ahorros. Al dÃa siguiente siguió los movimientos del cura y apostó todo al caballo que acababa de visitar.
Llegó la carrera esperada y el caballo elegido no sólo no ganó, sino que llegó en último lugar, mucho muy lejos de los demás. Terriblemente acongojado, el apostador buscó al cura y le rogó que le dijera que es lo que habÃa salido mal.
El sacerdote suspiró, y dijo: Ah, es una lástima. Ese es el problema por no saber distinguir entre una bendición y una extremaunción.
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