Un hombre le relataba a
Un hombre le relataba a otro por qué habÃa despedido a su secretaria.
Dos semanas atrás, contaba él, fue mi cumpleaños numero 37 y no me sentÃa nada bien cuando me levante esa mañana. Fui a desayunar sabiendo que mi esposa estarÃa contenta y me dirÃa Feliz Cumpleaños y quizás tuviera un regalo para mÃ. Pero ella ni siquiera me dio los buenos dias. Yo pensé: Bueno, quizás mis hijos se acuerden. Los niños vinieron a desayunar y no dijeron ni una sola palabra.
Cuando me fui a mi oficina me sentÃa totalmente deprimido. Al entrar en mi despacho, mi bella secretaria, Jeanette, me dijo: Buenos dÃas licenciado, y ¡feliz cumpleaños! Empece a sentirme un poco mejor. Por lo menos ella sà se acordaba.
Después de innumerables reuniones y telefonazos, ya cerca de las dos de la tarde, entró Jeanette y me dijo: Sabes, hace un dÃa precioso y además es tu cumpleaños, ¿que tal si vamos a comer los dos solos, tu y yo?. Y yo pensé: Esta es la mejor cosa que he oido en todo el dÃa, asà que tomé mi saco y salimos. En vez de ir a comer al lugar acostumbrado, fuimos a un sitio mucho mas privado. Comimos y nos tomamos varios martinis, la comida estuvo deliciosa y nos divertimos bastante. De regreso a la oficina ella dijo: Sabes,¿para qué desperdiciar este ambiente? mejor no regresemos a la oficina. Te invito a mi apartamento en donde prepararé unos deliciosos martinis o lo que tú quieras.
Una vez dentro del apartamento, puso música suave, la luz tenue y me dijo de manera prometedora: Si no te molesta, creo que voy a mi recamara a cambiarme de ropa y ponerme algo más cómodo, ahora regreso. Yo la dejé ir… no me molestaba eso.
Ella entró en su habitacion, cerrando la puerta a su paso, y a los seis minutos regresó cargando un gran pastel de cumpleaños… seguida de mi esposa, hijos y algunos compañeros de oficina, todos ellos cantando Feliz Cumpleaños.
Y allà estaba yo, desnudo en la sala, sólo con los calcetines puestos.
Cele mai Votate Pisici