Un tipo entró a un bar y empezó a presumir de ser el mejor cazador del mundo. Como algunos se burlaron de él, éste aseguró que podÃa reconocer la piel de cualquier animal con sólo tocarla y, no sólo eso, también que podÃa decir el calibre del rifle con el que lo habÃan matado únicamente con localizar el agujero de la bala.
Comenzó una discusión y pronto apostaron las bebidas para ver si era cierto. Le vendaron los ojos al tipo y le dieron la piel de un animal. Después de tocarla un momento, aseguró:
Castor.
Después tocó el agujero de bala y declaró:
Lo mataron con un rifle calibre 22.
¡TenÃa razón! Nadie podÃa creerlo, asà que apostaron otra ronda de bebidas y alguien trajo una piel que tenÃa en la cajuela del carro. Esta vez le tomó un poco más de tiempo y entonces aclaró:
León del Kalahari.
Y un poco después:
Fue un rifle 380.
¡HabÃa acertado de nuevo! La multitud estaba cada vez más curiosa, asà que siguieron apostando ronda tras ronda de bebidas y el tipo siguió ganando siempre. Finalmente, ya entrada la noche, el tipo regresó cayéndose de borracho a casa, y se acostó de inmediato.
Por la mañana, al levantarse, vio en el espejo que tenÃa un ojo completamente morado. Intrigado, se dirigió a su esposa:
Oye, anoche llegué borracho, pero no tanto como para no recordar que no tuve ningún pleito. ¿Cómo es que tengo este ojo morado?
Molesta, la esposa, le aclaró:
Yo te lo puse asÃ.
Pero, ¿yo qué te hice?
Te acostaste en la cama; metiste tu mano bajo mi ropa interior; y después de tocarme un rato dijiste: ¡Zorrillo, muerto con un hacha!