Un tipo llega a su casa completamente borracho y como pudo abrió la puerta; a gatas encontró su cuarto y, ¡por supuesto!, su mujer estaba hecha una fiera. Al fulano no le importó y se tiró a dormir. La esposa, desconsolada, alega consigo misma:
¡Vida desgraciada la mÃa, haberme casado con este imbécil, borrachÃn y desconsiderado!
En esas estaba, cuando el marido empieza a roncar espantosamente y la mujer, que ardÃa de la rabia, chilla:
Lo que faltaba, que empezara a roncar y no me deje dormir.
Entonces, se acordó de un viejo truco para curar los ronquidos, el cual consistÃa en colocarle en el pene, una medalla del Divino Niño.
La mujer encontró una medalla y, con cuidado, se la amarró al esposo. Al dÃa siguiente, el hombre se levanta en medio de la resaca, va al baño y cuando empieza a orinar nota la medalla y exclama:
¡Cómo habré culiado de rico anoche, que hasta me lo condecoraron!