22
Nov
Una novicia recién ingresada en un convento comienza por primera vez con los rituales matutinos. Siguiendo en fila a las otras hermanas, llega a la capilla donde se encontraba expuesto el SantÃsimo y observa que aquellas se inclinan diciendo:
Yo me ofrezco.
Una tras otra:
Yo me ofrezco.
Cuando llega su turno, la novicia se inclina diciendo:
¡Yo meo calientito y espumoso!