A un hombre le toca la lotería y se va a celebralo al puticlub más caro de Madrid. Al llegar pide la puta más cara del local. El jefe le manda a una habitación y le dice que se vaya desnudando.

Aparece una puta vestida únicamente con un liguero y un delantal, tirando de un carrito de helados.

La puta le pone una bola de chocolate en la puntita del capullo, después una de limón, más tarde una de fresa, finalmente lo recubre todo con nata y lo adorna con sirope de fresa y dos barquillos. Entonces dice:

Y ahora, te la voy a comer entera.

A lo que él responde:

¡Estás loca, ahora me la como yo!