15
May
Dos amigas que no se habÃan visto en mucho tiempo decidieron encontrarse para comer. En la sobremesa conversaron largamente de sus respectivas vidas amorosas.
Una de ellas dijo que realmente no habÃa nadie especial en su vida.
La segunda, por el contrario, estaba entusiasmada con el nuevo hombre que habÃa encontrado. Es perfecto. Es guapo, y anoche cuando salimos a cenar, me dijo las tres palabritas que habÃa estado esperando escuchar de un hombre toda la vida.
Te dijo ¿Quieres casarte conmigo?
¡No, cómo crees! Me dijo: Yo pago todo.