Haba una vez, hace muchos
HabÃa una vez, hace muchos años, un joven que fue descubierto por tratar de robarse una Oveja. Sus captores lo presentaron ante el Rey, quien le dijo que sólo le salvarÃa la vida si le conseguÃa la respuesta a una pregunta. ¡Por supuesto! exclamó el condenado a muerte. El Rey le dijo: Trae la respuesta antes de que el Gallo cante, de qué es lo que busca una mujer.
El desorientado joven salió de inmediato del Palacio y se dirigió con su mejor amigo. Este le dijo que en el Bosque habÃa una Bruja que tenÃa respuesta a todas las preguntas, pero que tuviera cuidado, ya que ella no daba nada sin algo a cambio.
El joven se internó en el Bosque y de pronto, entre las Brumas, salió una horripilante mujer… llena de barros en la cara, los ojos saltones y con un olor fétido en la boca. ¿Qué quieres jovencito? le preguntó la horrible bruja. El joven le explicó que si no le llevaba al Rey la respuesta de lo que busca una mujer, él morirÃa antes del amanecer.
La Bruja le dijo, Mira, sólo si tu mejor amigo se casa conmigo, te diré la respuesta.
El joven regresó a ver a su amigo, quien le dijo, Hermano, con tal de que te salves tú, acepto.
El joven salió nuevamente rumbo al bosque encantado y le dijo a la Bruja que su amigo aceptaba casarse con ella.
La bruja contestó a su pregunta: Lo que una mujer busca, es ser reina y soberana de su propio destino.
Atónito ante la respuesta, el joven fue a ver al Rey Arturo y le dijo la respuesta, y el Rey lo perdonó.
La tarde siguiente se llevó a cabo la boda entre el amigo y la bruja. El Hombre, vestido con traje de Caballero Guerrero de batalla Medieval, y la bruja, vestida de color púrpura y con un velo color rosa mexicano, caminaba cojeando de un pie y a su paso todas las flores de la iglesia se secaban.
Ya en la noche, en el lecho nupcial, la bruja le dijo al recién desposado amante, que se pondrÃa cómoda. Minutos más tarde, del baño salÃa una hermosa mujer… una princesa hermosÃsima con un cuerpo envidiable.
Hola, no temas, soy tu esposa. Como tú aceptaste sacrificarte por tu amigo, yo debo premiarte porque también hay brujas buenas. Te daré a escoger… ¿que prefieres? ¿que yo sea bruja de noche y princesa de dÃa o que sea princesa de noche y bruja de dÃa?
El esposo le dijo que él se habÃa casado por afecto a su amigo y que pensaba que podrÃa llegar a enamorarse de ella como fuera, sin importarle su fealdad, por lo que ELLA ESCOGIERA SU DESTINO. Acto seguido, un rayo partió el suelo y la princesa lo abrazó y le dijo: ¡Haz roto el hechizo, amado mÃo!… me has permitido ser dueña y soberana de MI DESTINO… seré para ti una princesa de noche y princesa de dÃa!
Moraleja: Las mujeres siempre podrán darnos una cara de princesas ya sea de dÃa o de noche… pero ¡cuidado… en el fondo son unas Malditas Brujas!
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