Un día cualquiera, se levanta un señor, va al baño a lavarse la cara y nota un grano en la frente; lo ignora.

Pasa una semana, un mes, dos meses y el grano no desaparecía, al contrario, iba en aumento. A la hora de la comida, le comenta a su esposa, y ésta le recalca que tiene que acudir al médico. Así lo hace.

Doctor, fíjese que este grano lo tengo desde hace dos meses.

Bien, veamos. Este grano es muy extraño, pero le haremos estudios y para la próxima semana le daremos resultados.

Una semana después, llega el paciente desesperado para saber que pasa.

Pues con pena, pero tengo que decírselo.

¿Qué pasa, doctor, es grave lo que tengo?, pregunta angustiado el hombre.

Mire, a usted le va a salir un pene en la frente.

El tipo, asustado por lo que le sucede, cuestiona:

¡Pero, doctor, me voy a ver muy mal!

No, señor, no se va a poder ver, porque los testículos le taparán los ojos.