A las dos de la
A las dos de la madrugada suena un teléfono y se oye la voz de un borracho:
¿Es usted el (hip) dueeeño de la tienda (hip) de licoresssss del barrio?
Pues sÃ, lo soy ¿y qué?
Naaada, (hip) querÃa preguntar a qué hora abre.
A las ocho, y cuelga enojado.
A las cuatro de la madrugada, vuelve a sonar el teléfono y se oye una voz todavÃa más borracha:
¡Hola, jefeee (hip)! ¿A que hooora decÃa que abrÃa?
¡A las ocho hombre, y déjeme dormir!
A las seis, el teléfono suena otra vez. El borracho casi no puede ya hablar:
¡Holaaa jefeeecccito! Con quuue abrre a las ocho ¿eh?
Le dije que no me llamara más. Abro a las ocho y tenga un poco de paciencia para entrar.
Esss que yo no quiierro entrarrrr. ¡Lo que quierooo es salirrrrr…!
Cele mai Votate Pisici