Carlos Menen fue a visitar una clase de 4to. Grado de una Escuela Primaria. Su llegada se produjo durante una discusión acerca de las palabras y sus significados. La maestra preguntó al Presidente si le gustarÃa participar en la discusión sobre el significado de la palabra tragedia. Entonces, el ilustrado lÃder pidió a la clase un ejemplo de tragedia. Un pequeño niño se paró y dijo:
Si un amigo mÃo está jugando en la calle y lo atropella un auto, eso es una tragedia.
No, dijo Menen. Eso serÃa un accidente.
Una pequeña levantó su mano y dijo: Si un ómnibus de transporte escolar se desbarranca en un precipicio, muriendo todos sus ocupantes, eso serÃa una tragedia.
Me temo que no. A eso podrÃamos llamarlo una gran pérdida.
El silencio creció en el aula. Ningún otro alumno se animaba a dar una respuesta. Menen los instó a continuar, diciendo: ¿Es que no hay nadie que pueda darme un ejemplo de lo que es una tragedia?
Finalmente, en el fondo de la clase, un pequeño muchacho levantó su mano y con voz muy tenue, se animó a decir: Si el Tango 01 está transportando al Sr. Presidente y a todo el Gabinete y un misil lo destruye, haciéndolo añicos, eso serÃa una tragedia.
Fantástico, dijo Menen. Eso está muy bien. ¿Y podrÃas decirme por qué eso serÃa una tragedia?
SÃ. Porque, en primer lugar, no serÃa un accidente y en segundo lugar, tampoco serÃa una gran pérdida.