Cierto día, un satélite yanqui se dañó. La NASA, al tener dificultades para repararlo, decide poner un anuncio en Internet buscando un profesional que lo hiciera. En busca del trabajo, llegan un ruso, un chino y un venezolano. Un científico de la Agencia le pregunta al ruso:

¿Cuánto dinero necesita para hacer la reparación?

Dos millones de dólares.

¿Y por qué?

Porque iremos al espacio a buscar el satélite; lo repararemos aquí, en la tierra, y luego lo volveremos a poner en órbita.

Luego el profesional le pregunta al chino:

Y usted, ¿cuánto dinero necesita?

Un millón de dólales.

¿Y por qué?

Polque ilemos a repalalo allá mismo. Luego de repalalo nos relesalemos a la tierra.

Por último, el perito le pregunta al venezolano:

Y usted, ¿cuánto necesita?

Tres millones de dólares.

¿Y por qué tanto?, pregunta, asombrado, el experto.

El venezolano contesta:

Usted se queda con un millón. Yo me quedo con otro millón. ¡Y le damos un millón al chino para que haga la reparación!