Llega un tipo a una oficina gubernamental pidiendo trabajo. Se entrevista con el encargado de recursos humanos y le confiesa que carece de testículos. El entrevistador le responde que eso no importa para cumplir cabalmente con el trabajo. El tipo piensa que cometió un error y se apresura a decir:

Pero soy una persona muy capaz…

Mire, amigo, el no tener testículos no es impedimento para trabajar. Es más, está usted contratado.

El individuo pregunta el horario de trabajo y el de recursos humanos le responde:

El horario de trabajo es de 9 a 6, pero usted puede llegar a las 10 de la mañana.

El solicitante piensa que por no tener testículos lo están considerando un inválido y reclama:

Ya le dije que no tengo testículos, pero capacidad si la tengo.

Sí, ya sé, amigo, pero como en esta oficina se rascan los huevos de 9 a 10, usted no tiene nada que hacer aquí antes de esa hora.