12
Apr
Pedro visita a su novia quien vive en una avenida bastante céntrica de la ciudad y se sientan en la puerta agarrados de la mano. Pasa un taxista y le grita:
¡Métele el dedo!
Pasa otro:
¡Chúpale una teta!
Uno más:
¡Cómetela!
Y asÃ, todos los conductores de servicio público pasaban gritándoles insinuaciones. A Pedro le llega la hora de irse y se despide de su novia con un beso en la frente:
Adiós, mi amor.
¡Adiós, sordo hijo de puta!, responde indignada la chica.