Pepito, de 5 años, observa a su hermano mayor Arturo, de 19 años, que después de pedir prestado a su padre el auto para esa noche se ponía una combinación deportiva de estreno, se perfumaba y se hacía meticulosamente la raya de su peinado.

Sospechando que se trataba de una aventura, Pepito se esconde en la parte trasera del auto y en absoluto silencio ve como Arturo va hasta una esquina donde le está esperando una bella joven y parte con ella hasta las afueras de la ciudad donde en una zona oscura detiene el vehículo e imperativamente le dice: ¿Sí o No?

La joven, sin pensarlo dos veces, le responde categóricamente: ¡No!, a lo que Arturo indignado le responde: Pues te bajas del auto y te vas caminando para tu casa.

Al día siguiente Pepito toma su triciclo y va a dar la acostumbrada vuelta a la manzana y al pasar frente a casa de Susanita la invita a que se monte en la parte de atrás, a lo que accede la niña y se para en la parte trasera poniendo sus manos sobre los hombros de Pepito.

Al doblar la esquina, Pepito detiene el triciclo y en forma imperativa pregunta a Susanita: ¿Sí o No?, a lo que Susanita rápidamente le resonde: ¡Sí!

Pepito se queda pensando y finalmente le dice a Susanita; Bueno, entonces sigue tú con el triciclo que yo me voy caminando para mi casa.