Pepito estaba jugando con su tren nuevo:

Atenciooooonnn, señores pasajeros, preeeepararse para salir hacia la estación número siete. Chuuuuuchuuuuuu, chiquichiquichiqui, chuchuuuuu. Señores pasajeros, llegando a la estación número siete. ¡Hey, pedazo de hijo de puta, muévete de la puerta, cabrón, no ves que me estás tapando la salida, so pedazo de maricón!

Sale su mamá de la cocina, asustadísima por el vocabulario del niño: Pepito, ¿qué es esa clase de lenguaje? ¿Cuándo has oído tú hablar a tu padre o a mí de esa manera? Te irás a tu pieza, castigado por dos horas, hasta que aprendas a hablar con propiedad.

Pasan dos horas, y sale pepito de su cuarto: Mamita, ¿ya puedo seguir jugando con mi trencito? Está bien, hijo, ¡pero con buenos modales y vocabulario!

A ver, señores pasajeroooos, prepararse, por favor, sean ustedes tan amables, para partir hacia la estación número ocho. Chuuuuchuuuuu, chiquichiquichiqui, chuuuuuchuuuu. Señores pasajeros les recordamos con todo respeto que las personas que se dirijan al norte de la ciudad, deben desalojar el tren por la puerta derecha, y los que vayan en dirección al sur, por la izquierda. ¡Ah! y para los pasajeros que estén enojados por las dos horas de retraso… ¡quejarse con la vieja puta que está en la cocina!