27
Aug
Una maestra de muy buen ver se preocupa porque ve con cara de papanatas a uno de sus alumnos; asà que en uno de los recesos lo llama aparte y le pregunta:
¿Qué te pasa, Pepito? ¡Tu trabajo en la escuela ha decaÃdo últimamente!
Estoy enamorado, maestra.
Disimulando una sonrisa la maestra insiste:
¿De quién?
¡De usted!, contesta Pepito sin inmutarse.
Gentilmente la profesora le sigue el juego:
¡Pero, Pepito, eso no está bien! Es verdad que me gustarÃa tener un esposo algún dÃa, pero yo no quiero un niño…
¡Oh, no se preocupe por eso, maestra, usaremos un preservativo!, le interrumpe Pepito.