30
Mar
Van dos borrachos por la calle y dice uno:
¿Apostamos a que la primera palabra que dirá mi mujer, cuando me vea, será amorcito?
¿Cómo puede ser? MÃrate, estás borracho, sucio…
No importa. ¿Apostamos un litro de whisky?
Pero yo conozco a tu mujer, es una fiera.
No importa. ¿Apostamos?
Está bien, apostamos.
Llegan a la casa del hombre y tocan la puerta:
¿Quién es?, pregunta la mujer detrás de la puerta.
¡Soy yo, mi amorcito!
¿Amorcito? ¡Que te mueras, perro!