Un hombre de campo que se fue a trabajar a la ciudad, envió un telegrama a su esposa con el siguiente texto:

‘Cama lista, pierna abierta’.

La esposa, al leer el telegrama, se llenó de emoción, así que corrió a su cuarto, alistó la cama, se puso la bata más sexy que encontró y se preparó para esperar a su marido. De pronto, se abre la puerta y entra el marido. El tipo, asombrado, exclama:

“¡Mujer! ¿Qué te pasa? ¿Recibiste el telegrama? ¿No ves que tengo la pierna abierta? ¡Tuve un accidente!”

Llegó una vez un enano a la peluquería. Faltando poco para terminar, el peluquero le dice:

Señor, ¿le corto las patillas?

Y el enano enfurecido le responde:

¿Y en qué me voy?, ¿en las huevillas?

Una madre acude al ginecólogo con sus dos hijas de 13 y 20 años respectivamente.

¿Qué la trae, por la clínica?, pregunta el galeno.

Mis hijas y yo, doctor.

Veamos, cuénteme.

Doctor, mi hija menor tiene los senos duros como limones.

¿Cómo? A ver…

Mire, doctor.

Y le muestra los senos de la niña.

Después de inspeccionar por cinco minutos, el médico expone:

Sí, señora, duritos, duritos, como limoncitos.

Mi hija mayor, también los tiene duritos, como pomelos.

El facultativo rápidamente inspecciona y luego de diez minutos le comunica a la madre:

Sí, señora, duritos, duritos, como pomelos.

¡Y yo, mire mis senos como melones, duritos, duritos!, dice la madre mientras echa fuera sus senos.

El especialista inspecciona a la madre durante medía hora (con los ojos en blanco, el pobre).

Doctor, dígame ¿que podrá ser?

¡No sé, señora…!

Y agitado continúa:

Debe ser un mal de frutas, porque ¡mire como tengo el plátano: durito, durito!

Llegan unos niños a casa de Pepito y tocan la puerta. Abre la mamá y uno de los niños le dice:

Señora, ¿puede salir Pepito a jugar base-ball con nosotros?

La madre hace un gesto de dolor y les responde:

¡Pero ustedes saben que Pepito nació sin manos y sin pies!

Por eso señora… le dice el niño, ¡lo queremos para almohadilla de segunda base!

Una niña le hace la parada a un camión de transporte urbano y le pregunta al chofer:

¿Disculpe, va para el zoológico?

Así es.

¡Que se diviertan!

Pepito ve a su anciana vecina caminar por la calle y exclama:

¡Ah, pero usted tiene dos pies, doña Rufina!

¡Claro que sí, Pepito! ¿Y a qué viene esta observación?

Es que mi papá me dijo que usted tenía un pie en el otro mundo.

En plena borrachera un borracho le dice a otro:

¿En qué se parece una hormiga a un elefante?

El otro le responde: No sé.

En que hormiga se escribe con H.

¿Pero elefante que tiene que ver si elefante no lleva H?

Sí lleva H.

No lleva.

Sí lleva.

¿Y por qué lleva H?

Porque el elefante se llama Humberto.

En un elegante bar, un tipo se acerca a la mesa de una hermosa mujer que se encontraba sola.

Disculpe, podría invitarle una copa.

¡Está Ud. loco! ¿Qué me vio cara de prostituta?, grita la fémina.

El individuo, apenado, se regresa a su mesa seguido por la mirada de todos los clientes.

Después de un rato, la chica se acerca a la mesa del caballero:

Le ofrezco una disculpa. Soy psicóloga y estudio el comportamiento de la gente ante situaciones inesperadas.

¡Qué, cinco mil pesos por una noche!, exclama el hombre.

Cierto día cuando Pepito llegó a la escuela y vio muchos carteles pegados en la pared que decían:

En Pro de la educación, En Pro de la salud, En Pro de la nutrición. Entonces Pepito al desconocer el significado de la palabra Pro le pregunta a su maestra:

¿Maestra que quiere decir Pro?

A lo que la maestra le responde que significa a favor de cierta causa.

A la hora de salida Pepito muy apresurado sale de la clase. La maestra lo detiene y le dice:

Pepito ¿a donde vas?

¡Voy al registro civil!

¿Y eso para que?

Es que me quiero cambiar mi segundo nombre.

¿Y cual es tu segundo nombre?

¡Próculo!

Varias amigas estaban de vacaciones cuando vieron, en un hotel de 5 pisos, un cartel que decía:

PROSTÍBULO PARA MUJERES.

Las chicas se emocionaron y, como no estaban con sus novios ni con sus padres, decidieron entrar. El portero, un trolo divino, les explicó el funcionamiento:

Mariposas, tenemos 5 pisos. Vayan subiendo piso por piso hasta donde encuentren lo que buscan y ahí se quedan. Es muy fácil, hay carteles por todos lados

Las mujeres subieron al primer piso y delante de la puerta se encontraron con un aviso que decía:

Aquí todos los hombres la tenemos cortita y finita.

Las chicas se rieron y sin dedicarle ni un solo pensamiento a los infelices del primero, subieron al segundo piso. Delante de la puerta había un cartel que avisaba:

Aquí todos los hombres la tenemos larga y finita.

Todavía no parecía demasiado bueno, así que se dirigieron al tercer piso a ver si daban con los modelos perfectos. Al llegar leyeron un letrero:

Aquí todos los hombres la tenemos cortita y gruesa.

Esa era otra decepción, pero aún quedaban dos pisos por explorar, así que no se detuvieron y ascendieron al cuarto. Allí las aguardaba el cartel perfecto:

Aquí todos los hombres la tenemos larga y gruesa.

Todas las mujeres gritaron excitadas y estaban a punto de entrar, cuando se dieron cuenta de que se iban a perder el quinto piso. Subieron velozmente esperando el paraíso y se encontraron con un aviso que decía:

Aquí no hay hombres. Este piso fue construido solamente para demostrar que a las mujeres nada las complace.