Poze din categoria ‘Chistes chistosos’ Category

Llega un tipo a visitar

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Llega un tipo a visitar a su compadre y lo encuentra todo jodido.

¿Compadre qué tienes? ¿Qué te pasa?, interroga el amigo.

Es que me queda sólo un mes de vida, compadre, responde aquel.

¿Pero cómo? ¿Qué tienes?, vuele a cuestionar el amigo.

El doctor me dijo que tengo SIDA, compadre. Me queda tan sólo un mes de vida.

¡No lo puedo creer!, responde asombrado el amigo.

Después de darle ánimos, el amigo se retira. La esposa que escuchó toda la conversación le reclama al marido: oye oye, es verdad que te queda un mes de vida, pero no es por el SIDA, es por el cáncer que tienes.

Sí mi vida, efectivamente es cáncer. En un mes yo me muero, pero después de lo que le dije al compadre, ¡a ti ya nadie te va a querer coger!

Sale un negro del mar

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Sale un negro del mar completamente desnudo, arrastrando la polla de medio metro de largo por la arena. La gente que estaba en la playa se le queda mirando el asunto, asombrados todos.

El negro que ve las caras de la gente pregunta: Joder, ¿qué pasa? ¿Qué me miráis todos? ¿Acaso a vosotros no se os encoge al salir del agua?

Molesto, un tipo se dirige

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Molesto, un tipo se dirige al farmacéutico:

Vengo a protestar por los preservativos de colores que me vendió ayer.

¿Qué sucede?

Que destiñen y hacen que uno quede en ridículo.

Pero es imposible que vengan defectuosos porque ésta es una marca reconocida internacionalmente y son muy caros.

Ya, ya, pero de verdad que el paquete estaba defectuoso.

Pero si tienen un control de calidad que ni te imaginas, es imposible.

¡Pues yo le digo que sí!

¡Pues yo le digo que no!

En eso estaban, cuando se acerca un viejecito que estaba escuchando todo y se dirige al encargado:

Pues yo le aseguro que este joven tiene razón, porque el paquete que me vendió el otro día también estaba defectuoso.

¿También desteñían sus condones?

No, pero se doblaban.

Un buen da, un mexicano

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Un buen día, un mexicano y un gringo estaban divirtiéndose con el Bungee-jumping. De pronto, al yanqui se le ocurre una brillante idea y le propone al mexicano:

You know, we could make a lot of money running our own bungee jumping service in Mexico.

(Sabes, podríamos hacer mucho dinero con el negocio de Bungee Jumping en México).

Al mexicano no le parece mala la idea, así que ambos sacan sus ahorros del banco y compran todo lo necesario para iniciar su business: las cuerdas elásticas, seguros, etc. Y comienzan a buscar lugares para iniciar la construcción de la torre de Bungee Jumping.

Cuando recién empiezan la construcción, obviamente, la curiosidad llama a una multitud de vecinos. Poco a poco llega más y más gente mientras ellos siguen con su trabajo. Al terminar, deciden hacer una demostración para la congregación de curiosos.

El estadounidense pide saltar primero. La cuerda se estira al máximo y regresa. El mexicano observa al norteamericano con unos ligeros cortes sobre su rostro y algunos rasguños. La algarabía crece entre la multitud y hasta se escucha que han organizado canciones. El mexicano intenta detener al gringo, pero falla y éste vuelve a caer. Nuevamente la cuerda se estira a su máximo y vuelve a subir. Esta vez el mexicano, asombrado, nota que el pobre yanqui tiene magulladuras y está sangrando. Con poca fortuna, esa vez tampoco lo puede detener arriba, así que el tipo vuelve a caer. La siguiente vez, el pobre hombre regresa hecho un desastre: la ropa toda rota, sangre por todos lados, huesos rotos y semiconsciente. Sin embargo, la algarabía crecía en la base de la torre. Afortunadamente, en esa ocasión el mexicano si logra detenerlo y le pregunta desesperado:

What happened? Was the cord too long?

(¿Qué pasó? ¿La cuerda estaba muy larga?

No, no, the cord was fine. But WHAT THE HELL IS LA PIÑATA?

(No, no, la cuerda está bien, pero ¿qué diablos es la piñata?)

Dos amigas estn charlando:

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Dos amigas están charlando:

Tía, ¿qué te pasa que estás tan triste?

¡Joder, es que nadie quiere follarme porque mi chocho apesta!

Bah, no te preocupes, yo conozco a un boxeador al que le machacaron la nariz durante una pelea y ahora el pobre no puede oler nada. Te lo presento y verás qué bien.

Total que la chica queda con el boxeador y todo va bien hasta que se meten en la cama… De improviso, el boxeador se levanta y empieza a vestirse.

Pero, hombre, ¿qué te pasa?

Me voy, el chocho te huele demasiado.

¡Pero si tú no puedes oler nada!

¡Sí, pero ya los ojos me están llorando!

Entra un mdico a la

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Entra un médico a la habitación del paciente y le dice a sus familiares:

Por favor, salgan de la habitación porque le vamos a introducir un supositorio al paciente.

Como a los 5 minutos sale el doctor, y uno de sus familiares le pregunta:

¿Está todo bien?

Pues sí.

¿Y ese supositorio que tiene usted en la oreja?

¡Ay, el lapicero!

En el saln de Pepito

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En el salón de Pepito realizaron un experimento tras el cual tenían que exponer ellos sus conclusiones. Se dispuso que cuatro lombrices solitarias fueran colocadas de la siguiente manera:

La primer lombriz en un frasco con alcohol.

La segunda lombriz en un frasco con humo de cigarrillo.

La tercer lombriz en un frasco con esperma.

La cuarta lombriz en un frasco con tierra fértil.

Después de transcurrido un día, éstos fueron los resultados:

La primer lombriz: Muerta.

La segunda lombriz: Muerta.

La tercera lombriz: Muerta.

La cuarta lombriz: Viva.

Cuando la maestra les preguntó a qué conclusiones habían llegado, Pepito levanta la mano y responde:

Yo llego a la conclusión que mientras tomes, fumes y tengas sexo… ¡No tendrás lombrices!

Pepito estaba sentado muy nervioso

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Pepito estaba sentado muy nervioso frente a la maestra. Comenzaba a escribir y se le caía el lápiz de la mano; se agachaba para recogerlo; luego se sentaba en la orilla de su asiento; miraba para abajo y para el frente; cerraba los ojos y luego los abría como si fueran a salírsele.

La profesora, que lo había estado observando, le ordena:

Pepito, por favor, siéntate derecho.

¡Pues usted tampoco se mueva tanto, profesora!

Cierto da, un campesino de

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Cierto día, un campesino de 14 años, en la flor de la adolescencia, le dice a su padre:

Oye pape, tu sabe que yo ya tengo mis pelos y bueno… tengo que probar la lanza poh…

Y el padre le dice:

Mira mejo, yo te huá pasarte la plata para que vayas a la casa de la Rosa (Casa de Remolienda muy conocida por todos en la zona).

LLega el muchacho allá y toca la puerta, lo sale a atender la Rosa, el le dice:

Sabe que yo, bueno, yo vengo a utilizar el servicio poh oiga.

Y la Rosa le pregunta: ¿Tienes experiencia?

No pero…

Mira, te doy un consejo, le dice la Rosa, ándate al bosque y a cada árbol que le veas un hoyo, clávale el instrumento y después de un tiempo vuelves.

Parte raudo el huaso y cada árbol con hoyo, árbol embarazado.

Después de un mes vuelve el huaso a la casa de la Rosa, con una tabla bajo el brazo, y le dice: ya volvï ya pueh…

Débora, ya ven y atiende al joven.

Entran a la habitación y Débora se coloca en posición de mesita de centro y el huasito saca su tabla y le manda un costalazo en pleno orto.

La Débora se da vuelta y le pregunta: ¿Que estaí haciendo hueón?

¡Estoy viendo que no tenga abejas poh…!

En Argentina, va un tipo

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En Argentina, va un tipo conduciendo su auto por la Panamericana. En eso, ve a alguien parado al costado de la ruta, doblado de dolor.

¡Alfredo, pero si es Alfredo! ¿Qué le habrá pasado?

Detiene el vehículo y baja.

¡Alfredo, hermano! ¿Qué pasó?

Mirá, dice Alfredo, señalando algo y continuando con su terrible gesto de dolor.

Y ahí yace, hecha una pelota de fierros retorcidos, una impresionante Ferrari.

¡Pero, Alfredito, querido, si con el dinero que vos tenés, te podés comprar como 10 de esas! ¡Vamos, hermano!

No, mirá adentro, dice Alfredo, mientras sigue doblado sobre si mismo.

Y al mirar adentro de la Ferrari, una rubia impresionante, hecha pelota.

Bueno, Alfredo, pero vos podés conseguir 10 Ferraris y 100 rubias como ésa, ¡vamos, arriba el ánimo!

No, mirá adentro… mirá adentro de la boca de la rubia.