Poze din categoria ‘Chistes chistosos’ Category

Estaba un tipo sentado en

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Estaba un tipo sentado en una banca del parque de la ciudad sin un cinco en el bolsillo y con unas ganas terribles de fumar. Desesperado estaba cuando se sienta un tipo en el extremo de la banca y se saca del bolsillo de saco un paquete nuevo de cigarrillos; lo abre, saca uno, lo enciende y se echa una bocanada de humo que se vé que lo saborea.

Nuestro amigo piensa que ya se acabaron sus problemas, por lo que decide pedir a su reciente acompañante un cigarrillo:

¿Me regalas un cigarro? le dice.

El recién llegado lo ve de pies a cabeza y fríamente responde:

No.

Desconcertado, el primero no sabe qué hacer ni decir, por lo que le propone:

¿Me dejas la mitad?

No, responde del modo más indiferente.

Desesperado, nuestro protagonista ruega:

¿Me permites un sorbo?

No, recibe como única respuesta nuestro infortunado amigo.

¿Me podrías regalar la colilla? se aventura a solicitar.

Como única respuesta recibe una mirada de desdén.

Y sin saber qué hacer, qué decir ni cómo convencerlo, se tira de rodillas desesperado al suelo con las manos juntas e implora:

¡QUÉMAME! ¡POR FAVOR, QUÉMAME!

Un compadre le dice a

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Un compadre le dice a otro:

¿No crees que cada día hay más maricones en el mundo?

No, ¿por qué?

Vamos a suponer, si yo te diera mil pesos ¿me darías las nalgas?

¡No, cómo cree compadre!

¿Y si te diera cien mil?

Ah caray, eso si está de pensarse.

Ya ve compadre, putos si hay, lo que no hay es dinero.

Pepito va a visitar a

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Pepito va a visitar a su abuelito que vive en el campo. Llega la hora de dormir, pero como no había luz eléctrica, el viejecito de 78 años permite que su nieto duerma con él para que no tenga miedo. Ya en la madrugada el viejito grita:

¡Rápido, tráiganme dos putas a mi cama!

Pepito se despierta todo somnoliento:

Momento abuelito, en primer lugar, ya no estás en edad de pedir muchachas, en segundo, son las 5:45 de la mañana y en tercero… ¡Lo que tienes en la mano es de mi propiedad!

Una vez un mexicano, un

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Una vez un mexicano, un francés y un estadounidense estaban discutiendo acerca de quien era el hombre más rapido.

El francés les dijo: Yo me subo a la torre Eifel y lanzo dos huevos, bajo corriendo, salgo y los cacho.

Luego el estadounidense dice: Yo soy más rápido. Subo a la Estatua de la Libertad, lanzo un billete de dólar, bajo corriendo, abro la bolsa de mi pantalón y el dolar cae dentro.

Después el mexicano dice: Yo me subo arriba de la Torre Latinoamericana, saco el culo, cago tres mojones..

Y lo interrumpe el francés: No me digas que bajas y cachas tu mierda.

Y le dice el mexicano: No, pendejo. ¡Bajo y me veo el culo!

Haba 2 borrachos en un

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Había 2 borrachos en un bar y estaban transmitiendo un concurso de trajes de baño por televisión.

Sale la primera concursante y uno de los borrachos dice, ¡qué porquería!

Sale la segunda, la tercera, la cuarta, la quinta y el borracho siempre decía lo mismo: ¡qué porquería!

El otro borracho no pudo aguantar más y le dice, Tu estás loco, mira para allá como están de buenas esas mujeres y tu dices que porquería.

Sí, que porquería, ¡que porquería la que tengo yo en casa!

Estaba el expresidente de Mxico

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Estaba el expresidente de México Salinas de Gortari con su chofer paseando en su auto a toda velocidad, cruzando el campo, cuando de pronto ¡zas!, atropellan a un puerquito:

¿Qué hacemos?, preguntó el chofer.

Anda, busca al dueño del cerdo, explícale el accidente y dale un dinero a cambio, respondió el expresidente.

Así, pasaron una, dos, tres horas… Al cabo de 6 horas, se aparece el chofer, totalmente despeinado, con la camisa fuera:

¿Que pasó?, pregunta Salinas.

Me demoré porque el dueño del cerdo me invitó a comer, después la mujer me regaló estos puros, y un rico vino, y además hice apasionadamente el amor con su hermosa hija de 17 años.

Increible, ¿cómo hiciste?

Fue fácil, responde el chofer, lo único que dije fue: Hola, soy el chofer de Salinas de Gortari y acabo de matar al cerdo.

El dueo de una farmacia

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El dueño de una farmacia aprovecha que un amigo lo visita:

¡Hola, compadre, llegó justo a tiempo, quédese en mi farmacia unos minutos mientras voy al banco, todo está a la vista: los precios, el teléfono, la caja etc.!

Media hora después, el dueño regresa:

¿Cómo le fue, compadre?

Muy bien, vendí varias cosas, por ejemplo, llegó un tipo con problemas de hemorroides, así que le vendí el remedio

¿Y qué le vendió compadre?

Esto, y le muestra un frasco de Talvox.

¡Puta que es huevón, compadre, esto es para exterminar ratones!

¡Mierda! Es que yo le leí aquí abajo: Espolvoréese alrededor del agujero…

Un viejo de 80 aos

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Un viejo de 80 años va al médico a preguntarle si puede tener hijos con su esposa de 70, y el médico le da un tarrito y le dice que le traiga al día siguiente una muestra de semen. Cuando vuelve:

Doctor, no he podido traerle la muestra de semen.

Bueno era de esperar… ¿cómo lo intentó?

Primero con la mano derecha, después con la izquierda; luego lo intentó mi esposa, primero con las dos manos y luego con los dientes, pero no hubo forma, no hemos conseguido abrir el tarrito…

Tres tontilandeses en un Jeep

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Tres tontilandeses en un Jeep por el desierto. El carro se daña. El más avispado (es un decir) propone:

“Recuperemos del carro lo que podamos necesitar para la larga caminata”.

Y se apodera del radiador.

“Por si nos da sed”.

El segundo: “Yo tomo un sillón, por si me canso”.

El último: “Yo me llevo la puerta, por si tengo calor, abro la ventanilla”.

Parte plaza en Madrid el

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Parte plaza en Madrid el gran torero Manolo con toda su cuadrilla atrás de él. Va con su soberbio caminar sosteniendo con el brazo izquierdo su muleta. En ese momento un aire le tumba la montera de la cabeza y para no perder la compostura le tira el agarrón por la espalda con su mano derecha y sigue su marcha. En eso, oye al muletero decir:

¡Suete, matadooo!

¡Gracia, muetero!

Vuelve a escuchar:

¡Suete, matadooo!

¡Gracia, muetero!

Por tercera vez escucha:

¡Suete, matadooo!

¿Pero, po qué tanta suerte, muetero?

No le estoy diciendo: suerte, matador. ¡Le digo suelte que me trae agarrado de los cojones!