Me voy a Acapulquito
Me voy a Acapulquito
¿A Acapulco, por qué?
Porque ahà consigues comida, chupe, faje y hasta hotel y paseo gratis.
¿Y quién te contó eso?
¡Mi hermana!
Me voy a Acapulquito
¿A Acapulco, por qué?
Porque ahà consigues comida, chupe, faje y hasta hotel y paseo gratis.
¿Y quién te contó eso?
¡Mi hermana!
Un señor iba manejando por un desierto y ya le andaba por hacer del 2 y a medio camino se encuentra una gasolinera y dice de aquà soy, se mete al baño y se pone a cagar. Cuando termina se da cuenta que no hay papel para limpiarse y en la pared estaba un letrero que decia:
En este escusado no hay papel, si quiere lÃmpiese con dos dedos de su mano y métalos por este hoyo y le aseguramos que una boca humana se los chupara hasta dejarlos limpios.
El señor dice: Ni madres, cómo voy a hacer eso, se me hace muy cruel y cochino para la persona que está del otro lado de la pared, mejor espero que llegue alguien para pedirle papel.
Se esperó media hora y nadie, una hora y nadie y dice: chingado, ya hubiera llegado a mi destino, pues no me queda de otra más que limpiarme asÃ.
Se limpia con dos dedos y dice ni pedo, pobre wey el que va a limpiarme los dedos por el hoyo.
Y del otro lado de la pared ya estaba una persona esperándolo con un ladrillo en cada mano y ¡madres! le machuca los dos dedos al señor. Este grita ¡haaaaa! y en chinga se mete los dedos a la boca y se los chupa el solito hasta dejarlos bien limpios.
Sube un borracho a un taxi.
Borracho: ¡Eh varón! ¿Te puedo dejar la pizza y el vino sobre el asiento delantero?
Taxista: SÃ, como no.
Borracho: ¡BRRGGGGGGGGGGG!
En un convento, una monja salió embarazada y se armó de valor para informarle a la madre superiora.
¿Quién fue el culpable?, inquiere la madre superiora.
Ha sido el espÃritu santo, porque no tuve relaciones con nadie.
Para salir del problema, la monja mayor le dice:
Está bien, retÃrate del convento por 9 meses y después regresas.
Al dÃa siguiente, aparece otra monja con el mismo problema y asÃ, nuevas hermanas se presentan cada dÃa con lo mismo. Pasados tres meses, la superiora reúne a todas las monjas:
Por razones personales tengo que retirarme por nueve meses; pero cuando vuelva, ¡voy a buscar a la persona que le puso semen a las velas!
Esta uno del Lepe escuchando la radio, cuando de repente, la radio se extropea y el de Lepe se extraña porque era nueva. Entonces abre la radio y al abrirla sale una cucaracha muerta y dice ¡hay se me murió el cantante!
Pepito va a ver a su madre acompañado de su amiguita:
Mamá, ¿verdad que a nuestra edad no se puede tener niños? ¿verdad, mamá?
Claro que no, corazón. Ustedes son demasiado pequeños para eso, responde la madre, sonriendo.
Entonces, volviéndose hacia su amiguita:
Ves, yo te dije que no tenÃa caso que me retirara…
Un joven llevaba a su novia de regreso a casa en un dÃa en que hacÃa un frÃo del diablo, cuando de pronto se les poncha una llanta. El joven baja de su auto y empieza a cambiarla. Al poco rato sube al auto y le dice a la novia:
¡Estoy muerto de frÃo! ¡Ya casi no siento mis manos! Pues mételas en medio de mis piernas para calentarlas! La muchacha se sube el vestido y le permite al joven que ponga sus manos entre sus muslos. Después de un rato el joven dice:
¡Ya! ¡Ya las siento mejor! Déjame terminar de cambiar la llanta. El joven termina de cambiar la llanta y al entrar de nuevo al auto, la muchacha le dice con visible ganas: ¡Parece que tus orejas están también terriblemente frÃas!
En la escuela, en la clase de Matemáticas, el profesor le pregunta a Pepito:
Si una mujer limpia una casa en una hora, ¿qué tiempo durarán dos mujeres para limpiar la misma casa?
Tres horas, dice Pepito, muy seguro de su respuesta.
¡Pero cómo va a ser!, la respuesta es media hora dice el maestro. ¿De dónde sacas tres horas?
Pepito le dice: Ud. puede saber mucho de Matemáticas, pero no sabe lo que hablan dos mujeres cuando se juntan.
Buscando un regalo de aniversario de matrimonio para su esposo, una mujer decide comprar unos calzoncillos. Asà que fue a la sección de ropa interior de hombres de un almacén, que era atendida por un afeminado.
Buenas tardes, necesito un par de calzoncillos para mi marido.
¿Qué talla es su marido?, pregunta el encargado con voz aflautada.
No sé muy bien qué talla es, responde confundida la señora.
¿Su marido lo tiene as�, pregunta el afeminado al tiempo que le muestra un dedo de su mano.
Mmm, no, lo tiene un poco más gordo.
¿Su marido lo tiene as�, vuelve a preguntar mostrándole dos dedos juntos.
SÃ, asà lo tiene mi marido.
El afeminado mete sus dos dedos en su boca y asegura:
Su esposo es talla L.