Don Jacobo, padre de Rebeca,
Don Jacobo, padre de Rebeca, preocupado por ésta, le pregunta:
Querida Rebeca, ¿tienes algún pretendiente?
Sà papá, ¡tengo tres!
El padre decide someter a prueba a cada uno de ellos: Abraham, Isaac y Samuel.
Don Jacobo le entrega a Abraham un huevo; a Isaac una naranja y a Samuel un chorizo, y les dice que a la semana deben volver y contarle que hizo cada uno con lo que se llevó.
A la semana llega Abraham y Don Jacobo le pregunta:
¿Qué hizo con el huevo, Abraham?
Bueno… al huevo le rompà la cáscara, la tiré a la basura, me preparé un huevo frito y me lo comÃ.
¡No, mal, mal! Usted desperdició la cáscara de huevo que picadita, picadita, es comida para pájaros. No merece casarse con Rebeca. ¡Váyase!
Luego llega Isaac y le dice a Don Jacobo:
Bueno… yo pelé la naranja, me la comà y tiré la cáscara y las semillas.
El padre de Rebeca enfurecido le dice: ¡No, no y no! ¡Mal, muy mal! La cáscara de naranja es alimento de gallinas. Las semillas se plantan y asà algún dÃa podrá tener naranjas. Tú tampoco mereces la mano de Rebeca. ¡Vete!
Finalmente llega Samuel y Don Jacobo, ya indignado, le pregunta: Bueno… y tú, Samuel, ¿qué hiciste con el chorizo?
Bueno, Don Jacobo… yo al chorizo le saqué el hilo y me cosà un botón de la camisa; después lo pelé y me comà lo de adentro; con el cuerito me hice un condón y me tiré a su hija, y aquà tiene la leche para el gatito.
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