En un da de verano,
En un dÃa de verano, un tipo estaba frustrado porque no podÃa tener una erección, por lo que decide tomarse dos pastillas de Viagra. Éstas comienzan a surtir efecto:
Mi amor, vamos a hacer el amor.
Empiezan, y el hombre más efectivo que nunca, echa uno y dos y tres y cuatro y cinco… La esposa ya no puede más.
El marido, con su erección a mil por hora, decide buscar a la mujer de servicio de la casa:
Mire, vamos para el cuarto que tengo algo que decirle.
La mujer, extrañada, se dirige al cuarto y pregunta:
¿Qué quiere, jefe?
Nada, hacer el amor.
Y se le monta a la mujer. Empieza y echa uno y dos y tres y cuatro y cinco y seis y siete y la mujer demanda:
Yaaaaaaaaaaaa, no puedo más jefe.
El hombre, con su erección a mil por hora, busca entonces a la maestra de su hijo y empieza también y echa uno y dos y tres y cuatro y cinco y seis y siete y la mujer se desmaya en la cama.
El tipo, desesperado con la erección que no terminaba, decide llamar a un médico amigo suyo:
¿Aló, doctor?
SÃ, dÃgame ¿qué desea?
Doctor, sabe que cometà un error porque estaba desesperado y me tomé dos pastillas de Viagra y la erección es muy fuerte y he hecho el amor unas 35 veces y no se baja, ¿qué puedo hacer? ¡Por favor, doctor, ayúdeme!
Bueno, mire, va a tomarse dos litros de leche de un solo trago; esto anula el efecto del Viagra, ¿me entendió?
SÃ, doctor, dos litros de leche y se anula el efecto. MuchÃsimas gracias, doctor. Chao, nos vemos.
Chao, suerte.
El señor, muy respetuosamente, sigue las instrucciones y va hacia la nevera de su casa y saca el pote de dos litros de leche; se la empieza a tomar del pico de la botella y en eso, la esposa y la señora de servicio pasan por la cocina y, de lejos, ven al hombre tomándose la jarra de leche del pico de botella. La sirvienta le sugiere a su jefa:
Señora, corra, corra, corra que el señor se está recargando.
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