Pepito estaba en la escuela, cuando la maestra le comenta a los estudiantes que el párroco de la iglesia iría a hacerles unas preguntas.

Llegó el padre, y le dice a la maestra que escogería a un estudiante para hacerle unas preguntas y, por supuesto, escoge a Pepito. Lo mira y con la mano le dice uno.

Pepito le contesta de igual manera pero con dos dedos.

El religioso le pregunta con tres dedos, y Pepito le contesta con el puño. El cura pone los dedos de forma circular y Pepito de forma ovalada.

El sacerdote le informa a la maestra que Pepito es un muchacho inteligente. La maestra, intrigada, pregunta que por qué, y el padre le explica:

Yo le dije que hay un Dios y él me dijo que no, que hay dos: Padre e Hijo. Le pregunté qué es la Santísima Trinidad y él me dijo que es la más poderosa. Le dije que la hostia es redonda y él me dijo que no, que es ovalada.

Por su parte, los compañeros de Pepito le preguntan a éste que había sido lo que el clérigo le preguntó y Pepito, molesto, les dice:

Ese padre es pato.

¿Por qué dices eso?

Él me dijo que me metería un dedo, yo le dije que le meteré dos. Él me dijo que me meterá tres, yo le dije que le meteré el bicho. Me dijo que me comerá el culo y yo le contesté que le comeré la chocha a la madre que lo parió.