Uno sabe que es costarricense porque:

Crees que el jugo del limón cura casi todo.

Crees que un traguito de guaro cura todo lo demás.

Crees que aunque hayan otros equipos de fútbol, sólo existen la Liga y Saprisa.

Mañana significa ahorita.

Si un matrimonio, ceremonia, recepción, acto oficial, etc., comienza a las 8:00, llegas a las 10:00 y aún no ha llegado nadie.

Culpas a los ricos de tu situación económica.

Culpas a los pobres del crimen.

Culpas a los liberacionistas y a los mariachis por casi todo lo de más.

Culpas a los nicas por todo el resto.

Tienes más fe en un asaltante que en un policía.

Tienes más fe en un policía que en un sacerdote.

Tienes más fe en el alcalde que en el presidente.

Disfrutas tomar cerveza en cantidades industriales y siempre es un buen momento o hay un buen pretexto para echarse una.

Sabes que el café costarricense de exportación es uno de las mejores del mundo, pero que el que te dan aquí es de la broza, saborizantes, etc. Nada que ver con café puro.

En la mesa de un restaurante hay más celulares que platos con comida.

El lunes es popular. El martes las muchachas no pagan. El miércoles hay 2 x 1. El jueves es un viernes chiquitito. El viernes es de party. El sábado es de baile, y el domingo es para pasar la goma.

Al encargado de una tienda o puesto de comida rápida le llamas chamaco… aunque estés en Saks Fifth Avenue, N. Y. C. y éste tenga como 80 años.

Comes tostadas, mondongo, morcilla, chicharrones, etcétera… pero crees que las hamburguesas no son saludables.

Desayunas cereales e insistes en llamarlos CON FLEX.

A todos les llamas compa, primo, compadre, pero a tu verdadero hermano, le llamas playo.

Gritas a los cuatro vientos que Como Costa Rica no hay dos, ¡pero quisieras que fuera como Miami!