18
May

Un joven, egresado de una

Un joven, egresado de una de las universidades más prestigiosas del país, va a pedir trabajo a una empresa internacional y, con su típico tono de voz pedante, se presenta ante el gerente de personal:

Disculpe… Vengo a pedir empleo.

Muy bien, ¿me puedes decir que currículum o experiencia laboral tienes?

Pues verás, todavía no he trabajado porque soy recién egresado de la carrera de ingeniería en sistemas, en la mejor universidad, por supuesto, ¿no? Hablo 100% English y algo de Français y Japanese. Hice el servicio social en la Presidencia de la República junto con el sobrino del Presidente. Fui el segundo mejor promedio con 9.973. Hice un intercambio académico al MIT de Boston. Actualmente, vivo en Las Lomas y mi hermano es director general de una importante compañía. Además, cuento con disponibilidad para viajar por todo el mundo. Mi papá es master en finanzas corporativas y es miembro consultor de una empresa de las Fortune 500.

El gerente de personal, sin inmutarse, prosigue con la entrevista:

¿En qué área piensas desarrollarte en esta empresa?

Pssss, en la Dirección de Sistemas o en alguna gerencia, ¿no?

¿Y que pedirías por tus servicios?

Pues, para comenzar, una oficina privada con vista a la ciudad y dos secretarias; 10 mil pesos por semana, libres de impuestos; una supercomputadora, (con Internet, por supuesto); lugar de estacionamiento y un automóvil de la empresa… pero que tenga clima, un buen estéreo y bocinas, ¿qué te parece?

¡Muy bien!

En ese momento, el empleador se queda pensando un minuto y le sugiere:

Bueno, te vamos a proponer lo siguiente: un puesto en la Dirección de Sistemas con 10 personas a tu cargo y tres secretarias (para ti solo, por supuesto); también tendrás una oficina privada en el piso 27 del edificio con vista a la ciudad; un lugar para estacionarte al lado de los demás directores; te vamos a ofrecer 10 mil pesos pero diarios, libres de polvo y paja; un bono anual de 15 mil dólares por productividad, una computadora portátil, dos meses de vacaciones por año; gastos médicos mayores y, además, un Mercedes Benz rojo con todo y su chofer, ¿te parece?

Híjole, la verdad, ¡es mucho! ¿Estás bromeando?

¡Pues si tú empezaste, cabrón!

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