1. Ambos se ven ridículos con sombrero.

2. Se pueden comer cinco kilos de chocolate en una sentada.

3. Ninguno entiende de fútbol.

4. Son perfectos en pretender que están escuchando lo que se les dice.

5. Siempre quieren que se les rasque la espalda.

6. Ninguno puede cuadrar una chequera.

7. Jamás se podrá saber en que están pensando.

Y las 22 razones por las cuales el perro es mejor:

1. Los perros no lloran.

2. Les encanta que uno invite gente a la casa.

3. No les importa que uno use su champú.

4. No esperan que uno los llame para avisar que llega tarde.

5. Cuanto más tarde llegue uno, mejor lo reciben.

6. No les importa que uno juegue con otros perros.

7. No se dan cuenta si uno se equivoca de nombre al llamarlos.

8. Les gusta la patanería.

9. No les importa si uno regala los cachorros.

10. Todo el mundo puede conseguir un perro bonito.

11. Si es espectacular, los otros perros no lo odian.

12. Los perros no van de compras.

13. Les encanta que uno deje desorden en el piso.

14. Nunca necesitan analizar la relación.

15. Sus padres nunca llegan de visita.

16. Les encanta los viajes largos en carro.

17. No odian sus cuerpos.

18. Jamás escuchan a Julio Iglesias.

19. Nunca critican.

20. No esperan recibir regalos.

21. Es lícito tenerlos amarrados en la casa.

22. No les interesa saber como fueron tus antiguas relaciones con otros perros.

Estaba San Pedro recibiendo a las almitas en el paraíso: Ven hijo ¿de donde eres?

Ecuatoriano, San Pedrito.

Pasa hijo al paraiso, dice San Pedro.

Llega otro: Ven hijo ¿de donde eres?

Chileno San Pedrito.

Pasa hijo al paraiso, dice San Pedro.

Llega otro: Ven hijo ¿de donde eres?

¡Argentino, por supuesto!

San Pedro se queda pensando y le dice:

Pasa hijo… ojala te guste.

Estaban dos borrachitos en una cantina platicando de la vida. Afuera había un burro amarrado a un palo. Entonces uno le dice al otro, qué apuestas a que hago reir a ese burro.

Entonces dice el otro : no, pues te disparo un six de chelas.

El otro borracho contesta entusiasmado, ok, me parece bien, ¿pero que te parece si después lo hago llorar?

No te pases de mentiroso, si lo haces llorar te regalo toda la cantina.

Entonces sale el borracho retador con el burro y le dice un secreto en la oreja. El burro se empieza a reir desenfrenadamente, luego ya que se calma, le dice otro secreto, y el burro empieza a llorar.

Ya que regresa, se encuentra con su amigo que tenía una cara enorme del asombro.

Me ganaste, lo acepto, pero antes de que te page, me vas a decir cómo le hiciste.

Muy fácil. Primero fui y le dije que la tenía más grande que él. Y luego se la enseñé…

Pepito decide ganar dinero vendiendo huevos y piensa:

Debo ir a un lugar donde haya bastante gente para vender mucho.

Así, recorre las calles hasta que ve mucha gente reunida en la iglesia porque era domingo.

Aquí es donde voy a vender.

Entra y comienza a gritar:

¡Huevos, lleve sus huevos, baratos!

Y toda la gente comienza a reclamar:

¡Niño, por favor, cállate!

Hasta que lo escucha el cura y ordena:

¡Saquen a ese niño de los huevos!

¡No, padre, mejor de la orejita!, suplica Pepito.

Una maestra de muy buen ver se preocupa porque ve con cara de papanatas a uno de sus alumnos; así que en uno de los recesos lo llama aparte y le pregunta:

¿Qué te pasa, Pepito? ¡Tu trabajo en la escuela ha decaído últimamente!

Estoy enamorado, maestra.

Disimulando una sonrisa la maestra insiste:

¿De quién?

¡De usted!, contesta Pepito sin inmutarse.

Gentilmente la profesora le sigue el juego:

¡Pero, Pepito, eso no está bien! Es verdad que me gustaría tener un esposo algún día, pero yo no quiero un niño…

¡Oh, no se preocupe por eso, maestra, usaremos un preservativo!, le interrumpe Pepito.

Una gitana caminaba por la calle, se topa con un señor a quien le dice:

Dame tu mano, si me das cien pesos, te quito la sal.

El señor le responde:

Le doy quinientos pesos, ¡pero quíteme el azúcar!

Va un tipo en su coche por la carretera, cuando ve un letrero en una desviación:

Burdel de las Hermanitas de la Caridad, 1 Km.

Al tipo le pica la curiosidad y se dirige hacia allí. Al final del camino, se encuentra un convento antiguo con un letrero que dice:

Burdel de las Hermanitas de la Caridad.

El degenerado tipo llama al portón y le abre una monjita, quien lo hace pasar. En la entrada de un pasillo se encuentra otra monjita con un cepo y un letrero que dice:

Pague por adelantado: $500 pesos.

El fulano saca sus $500, los mete al cepo, y se va por el pasillo. Al final del pasillo hay una puerta, el tipo la abre y va a dar al lugar en donde dejó su coche. Allí ve un letrero que dice:

Se lo han cogido las Hermanitas de la Caridad. Vuelva pronto.

Tres hombres son encarcelados por crímenes graves, todos con sentencia de veinte años en confinamiento solitario. A cada uno se le permite llevar a su celda una sola cosa.

El primero pide un montón de libros. El segundo pide que lo acompañe su esposa. Y el tercero pide doscientos cartones de cigarrillos. Al final de los veinte años, abren la celda del primer prisionero, quien sale y dice, Estudié tan duro que ahora me convertiré en abogado e iniciaré una nueva vida. Abren la puerta del segundo. Sale con su esposa y cinco hijos y dice: Esto fue lo mejor que me ha pasado. Mi esposa y yo nunca habíamos estado tan unidos, y tengo una nueva familia maravillosa.

Finalmente abre la puerta del tercer prisionero y éste sale tocándose los bolsillos y diciendo: Alguien tiene un encendedor.

Un lunes la maestra le dijo a sus estudiantes: Niños, para el viernes voy hacer una pregunta de geografía y el que la responda no viene a clase el próximo lunes.

Pepito, que era el más vago de todos, con tal de no ir el lunes estudió como loco toda la semana. El viernes la profesora escribió en el pizarrón: ¿Cuantos kilómetros hay entre Nueva York y el Cairo?

Nadie respondió correctamente.

Pepito estaba frustrado por todo lo que había estudiado. La próxima semana hago una pregunta de historia dijo la profesora.

Pepito no estudió nada y el jueves por la noche compró dos huevos y los pintó de negro. Al día siguiente, cuando la profesora se voltea a escribir la pregunta de historia, Pepito sacó los huevos negros y los lanzó contra el tablero.

Furiosa, la profesora grita: ¿Quién fue el rebelde de los huevos negros?

Pepito contesta: ¡Martin Luther King, profesora, y nos vemos el próximo martes!

El marido sale del baño desnudo y empieza a subir a la cama, cuando su mujer se queja diciendo como siempre:

Tengo dolor de cabeza.

Perfecto, casualmente estaba en el baño espolvoreándome el pene con aspirina. La puedes tomar oral o como supositorio… ¡cómo tu quieras!