En un restaurante estaban un
En un restaurante estaban un tipo, su esposa y un pingüino. Se acerca un mesero y pregunta:
¿Puedo tomar su orden caballero?
“Mire, a mà deme un filete, a la señora otro y al pingüino quinientosâ€.
Muy bien, señor. ¿Y de tomar?
Para mà una cerveza, a la señora otra y al pingüino mil.
¿De postre?
Para mà una rebanada de pastel, otra para mi esposa y al pingüino 200 plátanos.
Muy bien, señor.
Al momento de entregar la cuenta, intrigado, el mesero se dirige al comensal:
“Señor, ¿le puedo hacer una pregunta?â€
“SÃâ€.
“¿Por qué tiene un pingüino?â€
“Pues, mire, yo me encontré una lampara mágica; cuando la froté salió un genio que me concedió tres deseos: primero le pedà tener mucho dinero, ya ve usted que hasta en efectivo le paguéâ€.
“Es cierto. Oiga, ¿y el segundo cuál fue?â€
“El segundo fue tener una esposa muy bonita y de buen cuerpo. Ya lo ve usted (dirige la mirada hacia su esposa).â€
“Tiene razón, ¿y el tercer deseo?â€
“Ése fue mi error, yo pedà tener un pajarote muy grande e insaciable, y ya ve usted, me mandó a este pinche pingüinoâ€.
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