Era una vez Pepito que estaba en clases de anatomía, entonces la maestra pide que alguien pase a dibujar el cerebro. Todos querían participar y Pepito era el más inquieto por pasar, pero la maestra le pide a Juanito que pase.

Después, pide que alguien pase a dibujar el pulmón. A pesar de la insistencia de Pepito, la maestra pasa a otro niño, y así sucesivamente todos los órganos del cuerpo, hasta que al final la maestra pide que alguien pase a dibujar el corazón. Pepito insiste tanto que la maestra al fin cede y Pepito, muy seguro y muy serio, dibuja ¡perfectamente! el corazón, pero al final le pone unas patitas…

La maestra, muy extrañada, le pregunta:

Pepito, ¿a quién le has escuchado que el corazón tenga patas?

Pepito, muy serio, le contesta:

A mi papá maestra, todas las noches oigo que le dice a mi mamá: abrete de patitas corazón.